Hace
cerca de medio año, me enteré gracias a Magda Cuscó, que hubo un antepasado
nuestro que vivió en Chile, propiamente vivió y murió mártir, se trata
de Antonio Cuscó Albornar, religioso franciscano que fue torturado y muerto por
la revolución mapuche de 1792 en Rio Bueno, al sur de Chile, de la que pronto se cumplirán 225 años. Pero
esta historia la dejaré para más adelante.
Resulta
que no fue el único antepasado religioso que residió en Chile, aquí les cuento
una breve biografía de Pedro MARCER CUSCÓ, otro sacerdote en este caso
claretiano y del que el próximo mes de Agosto, se cumplirá el 90 aniversario de su
fallecimiento.
Pere MARCER i CUSCÓ |
Pedro (Pere) MARCER CUSCÓ, nació
en Avinyonet del Panadés (Barcelona) el día 1 de Octubre de 1854. Segundo de los cinco hijos que tuvieron Pere
Marcer i Nicolau y Rosa Cuscó i Salas. Lo educaron cristianamente. Desde muy
pequeño sintió la devoción por la religión católica, fue monaguillo en la
Parroquia y de adolescente siguió la carrera eclesiástica, en 1878, a los 24
años, ingresó en el noviciado de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de
Maria de Gràcia cerca de Barcelona (Missioners Fills de l’Inmacul·lat Cor de
Maria – claretians de Gràcia).
El
dia 16 de Julio de 1879 (25 años) fue proclamado sacerdote en Vic, de la mano
del cofundador Jaume Clotet i Fabrés. Al año siguiente en 1880 fue destinado a
Chile, en la sexta misión claretiana en América. El día primero de Junio de
1880, entró en el Convento de Belén de Santiago de Chile, donde pasaría 47
años, salvo algunos meses que pasaría en Curicó, hasta morir.
Hermano
coadyutor, ejerció siempre como portero de la comunidad. Aparte de la acogida
de los visitantes, efectuaba el mantenimiento del edificio, el huerto y el
jardín. Durante su vida fue erigido como modelo de vida comunitario. Destacó
por su humildad, paciencia, por el espíritu de oración. Mantuvo un intenso
apostolado por medio de la comunicación epistolar (todavía se conservan 38
cartas), de un enorme sentido espiritual, daba consejos espirituales a mucha
gente que lo solicitaba, especialmente a parejas comprometidas, a las que
preparaba para el matrimonio, o de matrimonios con problemas de convivencia.
Los últimos 16 años de vida, lo pasó enfermo, a raíz de una fractura y una
parálisis que lo forzó a estar en cama. Finalmente murió en Santiago de Chile el 17 de Agosto de 1927
a los 73 años en honor de santidad.
Se
abrió la causa de beatificación y en 1963 se aprobó el decreto de validación de
sus escritos. Fue proclamado Sirviente de Dios en 1963. Decretándose el día 17 de Agosto para la celebración en su
honor.