viernes, 12 de mayo de 2017

PERE MARCER i CUSCÓ

Hace cerca de medio año, me enteré gracias a Magda Cuscó, que hubo un antepasado nuestro que vivió en Chile, propiamente vivió y murió mártir, se trata de Antonio Cuscó Albornar, religioso franciscano que fue torturado y muerto por la revolución mapuche de 1792 en Rio Bueno, al sur de Chile, de la que pronto se cumplirán 225 años. Pero esta historia la dejaré para más adelante.


Resulta que no fue el único antepasado religioso que residió en Chile, aquí les cuento una breve biografía de Pedro MARCER CUSCÓ, otro sacerdote en este caso claretiano y del que el próximo mes de Agosto, se cumplirá el 90 aniversario de su fallecimiento.

Pere MARCER i CUSCÓ


Pedro (Pere) MARCER CUSCÓ, nació en Avinyonet del Panadés (Barcelona) el día 1 de Octubre de 1854. Segundo de los cinco hijos que tuvieron Pere Marcer i Nicolau y Rosa Cuscó i Salas. Lo educaron cristianamente. Desde muy pequeño sintió la devoción por la religión católica, fue monaguillo en la Parroquia y de adolescente siguió la carrera eclesiástica, en 1878, a los 24 años, ingresó en el noviciado de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de Maria de Gràcia cerca de Barcelona (Missioners Fills de l’Inmacul·lat Cor de Maria – claretians de Gràcia).

El dia 16 de Julio de 1879 (25 años) fue proclamado sacerdote en Vic, de la mano del cofundador Jaume Clotet i Fabrés. Al año siguiente en 1880 fue destinado a Chile, en la sexta misión claretiana en América. El día primero de Junio de 1880, entró en el Convento de Belén de Santiago de Chile, donde pasaría 47 años, salvo algunos meses que pasaría en Curicó, hasta morir.

Hermano coadyutor, ejerció siempre como portero de la comunidad. Aparte de la acogida de los visitantes, efectuaba el mantenimiento del edificio, el huerto y el jardín. Durante su vida fue erigido como modelo de vida comunitario. Destacó por su humildad, paciencia, por el espíritu de oración. Mantuvo un intenso apostolado por medio de la comunicación epistolar (todavía se conservan 38 cartas), de un enorme sentido espiritual, daba consejos espirituales a mucha gente que lo solicitaba, especialmente a parejas comprometidas, a las que preparaba para el matrimonio, o de matrimonios con problemas de convivencia. Los últimos 16 años de vida, lo pasó enfermo, a raíz de una fractura y una parálisis que lo forzó a estar en cama. Finalmente murió en Santiago de Chile el 17 de Agosto de 1927 a los 73 años en honor de santidad.

Se abrió la causa de beatificación y en 1963 se aprobó el decreto de validación de sus escritos. Fue proclamado Sirviente de Dios en 1963. Decretándose el día 17 de Agosto para la celebración en su honor.