Es espectacularmente impactante la cantidad de infectados por el coronavirus #COVID19 y por la mortandad que esta pandemia comporta, que en el norte de Italia se ha cebado con una virulencia nunca vista y menos sospechada.
En estos días de cuarentena en nuestras residencias, han habido numerosos momentos de reflexión y análisis de todo lo que está aconteciendo en el mundo a causa de esta pandemia. Siempre teniendo presente a Italia y a su población, castigada en desmesura.
En esta simbiosis de pensamientos, me ha venido a la mente en varias ocasiones una canción: “Ave María” de Franz Schubert cantada por el incomparable tenor Tito Schipa. Dada la reincidencia en mis recuerdos, me complace compartirla ahora con ustedes, para ambientar musicalmente, este periodo de recogimiento que nos invade al tener conocimiento de lo que está pasando en la región de Lombardía.
Tal vez se preguntarán el porqué de ese contumaz recuerdo de esta canción. Todo tiene una explicación. Para el que no lo sepa, desde hace tiempo estoy redactando la biografía del matrimonio de artistas Federico Longás y Margarita Salvi él, pianista y compositor excelente, discípulo predilecto de Enrique Granados y ella una gran y célebre soprano, una de las mejores de su época, discípula predilecta de la gran diva catalana Avelina Carrera.
Este matrimonio no hubiera tenido lugar, si no fuera que Tito Schipa, amigo de ambos, los presentara coincidiendo en que actuaban en la Compañía del Cívic Ópera de Chicago. Para una persona como yo, que investiga acerca de todos ellos, que ahonda en sus vidas y en su arte, mi sensibilidad florece al escuchar sus composiciones, canciones, leads, arias, etc.. En este caso Tito Schipa “El ruiseñor de Lecce”, con su voz suave y aterciopelada nos ofrece esta canción que en modo de plegaria, dedico a todos los familiares y amigos de los fallecidos en el mundo entero por causa del coronavirus y también para todos aquellos que en este momento lo están sufriendo, para que les ayude de algún modo a superarlo satisfactoriamente.