miércoles, 18 de julio de 2012

RAMON CARNICER i BATLLE




Imagino que el nombre de Ramón Carnicer, no les dirá nada, sin embargo a más de 17 millones de personas les es muy familiar por ser el autor del himno nacional (1825) de su país: 

C H I L E 


Para que conozcan un poco más de este gran compositor catalán, que además fue uno de los mejores músicos de su tiempo, aquí tienen su breve biografía:


RAMÓN  CARNICER  I  BATLLE

Nació en Tárrega provincia de Lérida, Catalunya-España, probablemente un día del mes de Octubre de 1789, se le ha venido otorgando la fecha de nacimiento como el 24 de Octubre de 1789, ciertamente en esa fecha fue bautizado en la Iglesia Parroquial de Santa Maria del Alba en la población de Tárrega, por lo que indudablemente naciera en una fecha anterior, aunque en este momento la desconozco.

Era hijo de D. Ramón Carnicer Casaltes de profesión sastre y de Dña. Maria Batlle Agustí, ama de casa.

A los siete años recibe sus primeras lecciones de música a cargo de Buenaventura Feliu, maestro de capilla y organista de la Iglésia Parroquial de Santa María del Alba de Tárrega, él mismo le enseñó solfeo e interesado por la precocidad del niño hacia la música, len 1799 lo presentó a la plaza de niño de coro en la Catedral de la Seo de Urgell, fue elegido por unanimidad entre los 8 niños que se presentaron.

Estudió durante 7 años con el maestro de capilla Don Bruno Paqueras, que junto a Antonio Coderch, organista y Félix Roig, primer violín, se encargaron de la formación musical del joven Ramón.

Su evolución musical fue muy intensa y rápida, ya que en 1804 es parte importante de la Capilla de la Seo de Urgell donde suple al organista en obras musicales y misas mayores.

Recomendado por el canónigo Creus, Ramón Carnicer viaja en 1806 a Barcelona para continuar sus estudios con el maestro de capilla de la Catedral, Francesc Queralt y el organista Carles Baguer, del que será su mejor alumno, también perfecciona la composición, en especial la armonía y el contrapunto con el maestro Queralt.

Teatro de la Santa Cruz
(Barcelona)
 Aunque el primer contacto con la ópera (italiana), en el Teatro de la Santa Cruz, no fue muy afortunado, pues no le gustó, dada su formación en música religiosa que tenía hasta entonces. Posteriormente gracias a la introducción de Beguer, fue entusiasmándose y empezó a componer para este género. Ya por aquel tiempo había completado salmos y misas, algunas de ellas a 8 voces, probablemente muchas de ellas por encargo. También es destacable la enseñanza que gratuitamente impartió a ciegos pobres que cantaban por las calles de Barcelona.

Al morir Beguer, justo el mismo día en que las tropas francesas tomaban Barcelona (29 de Febrero de 1808) le privó de su formación y de los escasos ingresos que obtenía tocando misas en
la Catedral e Iglesia de Santa Maria del Mar, así como debido a su posicionamiento patriota ante la invasión francesa. Decidió emigrar a Menorca (Baleares) embarcando hacía Mahón el 2 de Junio de 1808.


Al llegar a la isla buscó cobijo de casa en casa hasta que llegó al Convento de los Frailes Franciscanos, quienes sin saber nada del maestro , le admitieron como huésped. Al día siguiente cuando conversaron con él y les dijo que era profesor de música y organista, lo consideraron como si de un milagro se tratara, puesto que carecían de organista en el rosario y se disponían a empezar la novena de los gozos de San Antonio y no tenían a quién les acompañara al órgano. 
Convento Frailes Franciscanos
Siglo XVII-VIII Mahón

El mismo día que empezó, hizo tantos primores en el órgano, que conquistó la estima y admiración de todos los frailes quienes no podían creer lo que estaban viendo y oyendo. Ante el asombro de quienes le oían en las misas, su fama corrió de boca en boca por todo Mahón llenando de feligreses la iglesia cada tarde.


Al poco tiempo contactó con el Dr. Charles-Ernest Cook, erudito, científico, profesor y gran melómano, se cuenta que había recibido clases del mismísimo Mozart. A través de Cook conoció la música para piano de Mozart.
Mozart

En sus seis años de estancia en la isla, además de tocar incansablemente, dio clases de solfeo, canto, piano y composición, difundiendo la música por doquier, tanto que en Mahón en dicho período se pasaron de 4 pianos a 50 pianos.

Además de Cook, también conoció al gran maestro siciliano Rafael Russo de quién aprendió innovaciones en la enseñanza del solfeo, sin embargo un hecho muy importante en su vida fue el encuentro con Magdalena España Torrens, quién vivía en la isla con sus padres también exiliados de Barcelona a quién dio palabra de esponsales antes de abandonar Mahón.
Parroquia Sant Jaume. Barcelona

Hacía el mes de Julio de 1814 regresa a Barcelona y el 20 de Agosto, Ramón y Magdalena contrajeron matrimonio en la parroquia de Sant Jaume de la Ciudad Condal.


Establecido ya en Barcelona, Carnicer se dedicó a la enseñanza y como músico experto le fue encomendada la organización y dirección de los conciertos que se celebraron en la cuaresma de 1815 en el Palacio Real, residencia del Gobernador de Barcelona, el General Castaños –héroe de la batalla de Bailén-. También contribuyó a la organización de conciertos en el Teatro de la Santa Cruz. Cabe destacar el concierto que tuvo lugar el 20 de Octubre de 1815 en el que se recaudaban fondos para el monumento a la memória de los 8 patriotas ahorcados en 1809 con la invasión francesa en Barcelona, que tuvo mucha resonancia. A partir de aquel momento tanto los empresarios como el público en general, coincidió en señalar a Carnicer como el candidato ideal para organizar y mantener una empresa permanente de ópera en Barcelona.


La temporada de ópera de 1816, estaba organizada por una compañía bajo la responsabilidad de Felipe Cascante, sin embargo Ramón estaba presente en la organización.

A principios de 1817, Carnicer se desplaza a Italia para formar una compañía de ópera estable, sin embargo las fricciones y desavenencias con el Hospital de la Santa Cruz, propietario del Teatro, hicieron que se demorara el estreno de dicha temporada hasta el 5 de Mayo con la ópera “Il Tancredi” de Rossini. Aunque Ramón era muy modesto, poco a poco fue ganándose la confianza de todos, por lo que le fue encomendado de nuevo, la creación de un nuevo elenco (italiano) para la temporada 1818. Al propio tiempo tambien dirigía los conciertos en las sedes gubernamentales en las que se daban a conocer las nuevas composiciones del maestro.

A partir de la temporada 1818-1819, Carnicer figuraba como Maestro Director con un éxito hasta entonces desconocido. Es destacable el número de representaciones de la ópera “Il Barbiere di Seviglia” de Rossini que llegó a más de un centenar, visto el éxito de tal ópera, Ramón decide componer su primera sinfonía para ópera con el mismo título, que la incluirá dentro de la representación de la ópera de Rossini y cosechando un éxito rotundo.

A la muerte de la reina Maria Isabel de Braganza, el dia 26 de Diciembre de 1818, se decretaron tres meses de luto, se cerraron los teatros y se suspendieron todos los espectáculos, lo cual perjudicó seriamente a la compañía de ópera que el gestionaba.

La temporada siguiente continuó con óperas italianas a las que introducía algunas de sus composiciones. En la temporada 1821-1822, Carnicer, estrenó su segunda ópera “Elena e Constantino”, también con libreto de Felice Romani, se representó 27 veces.


La temporada 1819-1920, Carnicer continúa siendo insustituible en la ópera de la Ciudad Condal. El 15 de Mayo de 1819 con motivo de la visita de la Infanta Luisa Carlota, se estrena su primera ópera “Adele di Lusignand”, con libreto de Felice Romani, fue representada 24 veces y aclamada por el público.




En la temporada de 1822-1823 estrenó otra ópera “Il dissoluto punito o Don Giovanni Tenorio”, sin embargo ésta no obtuvo el éxito de las anteriores, por lo que se disgustó mucho y ésta fue la razón para abandonar Barcelona y establecer su primer contrato con los teatros de Madrid.


Fernando VII

Durante aquellos años (1820-1823), llamado el trienio liberal, Ramón Carnicer compuso varios himnos patrióticos que se cantaban en las diversas celebraciones liberales. Esta composiciones se seguian cantando en Barcelona, pese a que su autor ya se encontraba en Madrid.

Para dirigir la compañía de ópera italiana del Teatro Príncipe, fija su primera residencia en Madrid, empezó en marzo de 1823 y duró poco antes de un año. Se puede afirmar que sus
composiciones liberales jugaron en su contra tras regresar el absolutismo de Fernando VII, ya que resultaron muy comprometedoras, dado lo cual se vió obligado a partir al exilio, primero radicó en París y después lo hizo en Londres.

EL HIMNO NACIONAL DE CHILE.

El gobierno de Fernando VII, aprobó un decreto que perseguía como contrabando la entrada de libros en España y toda obra de índole liberal, muchos libros, obras de teatro, partituras, etc., que se identificaran como antomonárquicas y liberales, desaparecieron por efecto de las llamas.

En este contexto, es fácil comprender el exilio de Carnicer ya que la purga ideológica era muy severa, incluso hay quien afirma que fue encarcelado temporalmente. El caso es que junto a su esposa e hijo de nueve años de edad, abandonaron Madrid rumbo a París, sin embargo antes pasó por Milán acompañando a la cantante Loreto García.
París en 1825



En París residió en el Hotel Favart sito en el número 5 de la calle de Mariveaux, hasta principios de Junio de 1825 en que obtuvo el pasaporte para proseguir viaje a Londres.

Debo reseñar que en París se encontró con el ya célebre compositor de ópera Giacomo Rossini, con quien entablaron una buena amistad.



Londres 1826
La estancia en Londres comenzó a principios de Julio de 1825 y se prolongó hasta finales de Abril del año siguiente, pensemos que su objetivo era volver a España cuando las condiciones políticas lo permitiesen.

No se conoce en que momento de su exilio en Londres le fue encargada la composición del Himno Nacional de Chile por parte del embajador de aquel joven país.

Mariano Egaña fue nombrado embajador plenipotenciario no sólo en Inglaterra, sino también para toda Europa. La mayoría de países, incluído España, todavía no habían reconocido a Chile como un país independiente y soberano.

Mariano Egaña y Fabrés
El caso es que Mariano Egaña conoció la fama del maestro español como compositor de himnos y marchas y a él se dirigió. Ciertamente, sabedor de los muchos talentos exiliados, quiso atraerlo hacia aquel lejano país, pues entre otros quehaceres, había recibido dos encargos prioritarios, el de negociar la deuda del país con Inglaterra, acreedor de un gran préstamo y reclutar mano de obra cualificada para hacer prosperar la joven nación.

Según Joaquín Edwards Bello, fue su bisabuelo Andrés Bello, por aquel entonces secretario de la legación chilena, el que presentó a Carnicer al embajador Mariano Egaña. Añade también, que gracias a este encargo, sacó al compositor de la precariedad en que vivía. En aquel momento Chile ya tenía un himno nacional compuesto por Manuel Robles, por lo que el encargo a Carnicer se presume que fue una idea personal del embajador.


La actividad de Carnicer en Londres fue intensiva, dedicándose a dar clases y a componer para la alta sociedad londinense, como lo atestiguan las composiciones dedicadas, entre otras, a Miss Montgomery y Miss De Ponthieu.

Seguramente Carnicer tuvo la ocasión de conocer a Carl Maria von Weber (1786-1826) con motivo de asistir al estreno de la ópera OBERON, el 12 de Abril de 1826 en el Covent Garden, que fue un extraordinario acontecimiento. El compositor alemán entonces muy enfermo, moriría al cabo de poco tiempo, el 5 de Junio del mismo año.

Ramón Carnicer sentía admiración por los sistemas liberales y en definitiva más justos, así como el interés hacia las jóvenes repúblicas, sin duda influyeron determinantemente en el maestro para componer el Himno Patriótico de Chile.
Bernardo Vera y Pintado

Debemos recordar en este punto que el Presidente de Chile o Director Supremo como se le conocía entonces, D. Bernardo O’Higgins había encargado a D. Bernardo Vera y Pintado, una canción patriótica para celebrar el aniversario del 18 de Julio de 1819, para que pudiera cantarse por los distintos coros y público en general, ensalzando el patriotismo y los valores ganados por el país.
D. Bernardo Vera y Pintado (1780-1827), abogado argentino que había sido agente del Gobierno de Buenos Aires, era conocedor del Chile al haber estudiado derecho en la Universidad de San Felipe.
La letra era bastante antiespañola y Bernardo O’Higgins la recibió con mucho entusiasmo, proponiéndola al Senado y siendo aprobada por éste el 28 de Setiembre de 1819. Todavía carecía de música y se cantaba con la música del Himno Nacional Argentino, aunque por pocos meses; hecho insólito en nuestros días, pero que por aquellas fechas, no daba que pensar, puesto que todos los países estaban hermanados en una causa común la independencia de sus colonizadores.

Manuel Robles Gutiérrez
Después de algunos intentos por musicalizar el Himno, no acabaron de encajar en con la letra, hasta que en 1820 fue aceptada la música compuesta por Manuel Robles Gutiérrez, (1780-1837) violinista chileno y uno de los fundadores de la primera Sociedad Filarmónica de Santiago. 

Partitura de Manuel
Robles
Para muchos la música de Robles era de calidad y muy digna, hasta que fue sustituída e oficializada por la de Carnicer. Robles fue ignorado y murió en la miseria en Buenos Aires el 27 de Agosto de 1837.

Volvamos al Himno de Carnicer, Mariano de Egaña le entregó la letra original de Vera, en la que se aprecia un ataque directo a España y un ensalzamiento a la libertad, que coincidían con el pensamiento e ideología del tarregense, aunque ciertamente tenemos que tener presente que se trataba de un encargo y probablemente no pudo cuestionar este trabajo, dada la penuria en que vivía.

De la letra compuesta por Vera, cabe destacar una estrofa que perduraría hasta nuestros día, pese a que como veremos más adelante, Lillo creó otra letra, le encomendaron que figuraran estos versos dada la enorme aceptación de la gente.

“Dulce patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró que, o la tumba será de los libres, o el asilo contra la opresión…”

El Himno Patriótico de Chile de Carnicer, se presume que fue compuesto a finales de 1825 y terminado durante el primer trimestre de 1826. Lamentablemente no se conserva la partitura original, sólo la edición “princeps” que supuestamente se imprimió algunos años después y a decir de los tipos de letra, probablemente fuera en Madrid y no en Londres.

La partitura compuesta por el maestro, estaba dotada de una estructura típica de un himno, el maestro era muy experimentado en este tipo de composiciones. Estaba constituída a tres voces, dos sopranos y bajo con acompañamiento de piano, ya que Carnicer hacía sus composiciones al piano, sin embargo la partitura general entregada era para orquesta.

Continuará ……………